Dos voluntarios del estado de Michigan estaban convencidos, antes el experimento, de que un hombre adulto sería perfectamente capaz de soportar los dolores que les iban a infligir artificialmente, y decidieron someterse a impulsos electrónicos que reproducían todas las sensaciones físicas que experimentan las mujeres en el momento de dar a luz, sobre todo en la zona pélvica.
Así que vamos a ver el siguiente video
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